“Los jugadores toman tiempo. Es una década o más en términos de tiempo, dinero, asistencia y energía.” – Jean-Christophe Verborg

“Cuando firmamos con Rafa a una edad tan temprana y gana Roland Garros con a penas 19 años, es increíblemente rápido. Pero invertir en jugadores toma su tiempo y el proceso es cada vez más largo. Es una década o más en términos de tiempo, dinero, asistencia y energía.

“Por ejemplo, Carlos Alcaraz se ha desarrollado más joven que la mayoría, pero aún así han sido años de atención específica. Queremos crear relaciones con juniors lo más pronto posible para que puedan tener una historia significativa y común con Babolat. El proyecto no va de ‘comprar’ un jugador establecido. Carlos tenía en torno a 10 o 11 años cuando el promotor nacional de Babolat España le invitó a la Babolat Cup para familiarizarse con el evento y jugar en él al año siguiente. Pudimos ver cómo Carlos iba progresando adecuadamente y, poco después, trabajamos con su equipo para que formara parte de la familia de jugadores de Babolat.

“Lo más reciente con Carlos es que estaba contento con la Pure Aero, pero quería algo más de control. Pueden ser cuestiones delicadas. Es un joven jugador que busca quedarse con una marca en el futuro, así que tener la raqueta adecuada es muy importante.  Esto ocurrió durante el confinamiento de 2020, así que fue complicado llevar el producto y al equipo de personalización a su centro de entrenamiento como solemos hacer en condiciones normales. Pero conocemos bien su juego y le propusimos que probara la Pure Aero VS. Le suministramos raquetas y le hicimos sugerencias en cuanto a las combinaciones de cuerdas para que probara. Al final, encontró la combinación perfecta y se pasó a la nueva raqueta.

“Y aquí está ahora, con 18 años ha llegado a la tercera ronda de Roland Garros y se encuentra entre los 100 mejores jugadores. Estamos muy contentos de apoyar a Carlos y de trabajar con él. Está rodeado de gente buena y su juego tiene mucho potencial. Es muy profesional y, a la vez, irradia amor por el tenis y amor por la vida. Carlos es una gran embajador para el futuro.”

¿Qué reserva el futuro?

 

Como muchos en el mundo del tenis, Jean-Christophe cree que la era de los ‘Big Three’ puede llegar a su fin en los próximos años y, siendo probable que los principales títulos los ganen una mayor cohorte de jugadores que en los últimos años, Babolat ha de asegurarse de que la marca tiene una posición establecida en las generaciones futuras.

“Es necesario encontrar a jugadores carismáticos, puesto que son los representantes de la marca – comenta. El Covid nos ha hecho pensar en la eficiencia. En el marketing deportivo de tenis, todos estamos tratando de firmar con los mismos nombres, y la cosa va a estar más complicada que nunca. En los años 2000, Babolat buscaba credibilidad en el sector de la raqueta y las victorias de nuestros jugadores nos la han dado. Ahora, debemos ir más allá del simple hecho de ganar torneos. Los jugadores son embajadores de la marca: crean recuerdos, evocan emociones y reúnen realmente a las personas.”

Pero Jean-Christophe Verborg también es un embajador. Tras haber tratado de vender raquetas Babolat en una época en la que la empresa era conocida por sus cuerdas y no aún por sus pelotas, tras haber negociado acuerdos para que Babolat se convierta, primero, en el proveedor oficial de Roland Garros y, más adelante, de Wimbledon, sabe perfectamente cómo se percibe Babolat y qué necesita Babolat de su equipo profesional para mantener el nombre de la empresa en la mente de los jugadores de tenis. 

“Soy la interfaz entre los jugadores y la marca – explica. Mi trabajo ha evolucionado mucho a lo largo de los años. He tenido la suerte de haber ocupado distintos cargos y de formar parte de una empresa que ha crecido rápidamente. Seguir y apoyar a los jugadores a largo plazo y forjar relaciones es una parte muy gratificante de mi trabajo.”