“Cuando perdía, mis padres y entrenadores me explicaban que era por mi revés” - Dominic Thiem

En septiembre de 2020, por fin se rompió la hegemonía de los Big Three. Tras 14 títulos de Grand Slam seguidos ganados por Federer, Nadal y Djokovic – y los 41 anteriores por tan solo seis hombres – , Dominic Thiem ganó el US Open abriendo paso a la nueva generación.


Llegar hasta lo más alto ha sido un proceso largo y lento, y Thiem sabía que tenía que correr algunos riesgos. Aunque, en realidad, él ya corre algunos riesgos, como descender en patines en línea una montaña a 70 km/h.


“Siempre me ha encantado patinar en línea – comenta el austriaco, que era tercero mundial en marzo de 2020 cuando se suspendió el circuito de tenis con motivo de la Covid-19 –. El problema era que no tenía tiempo, pero, con el confinamiento, tiempo era lo que me sobraba, así que, durante los meses en que no ha habido tenis, me he convertido en un buen patinador en línea. Aporta mucha estabilidad a las piernas, así que puede que hasta sea positivo para mi tenis.”


Viniendo de un país que tiene los deportes de invierno en su ADN, no debería sorprendernos que Thiem salga a la montaña con sus patines. “Creo que es bastante peligroso – admite –. He llegado a alcanzar entre 60 y 70 km/h, pero por el momento no he tenido ningún accidente. Tengo un buen control.”


2020 es decididamente el año de Thiem. Terminó 2019 jugando una final de alta calidad en el ATP Finals de Londres y empezó la nueva temporada llegando a la final del Open de Australia, donde llevó a Novak Djokovic a cinco sets. Sin embargo, cuando se acercaba el inicio de la temporada de tierra batida, su favorita, la situación sanitaria dio un vuelco, el tenis desapareció y la paciencia se convirtió en una calidad muy buscada.


Pero resulta que Thiem ya está acostumbrado a ser paciente. A los 11 años, su entrenador, Günter Bresnik, decidió que los problemas con su revés solo se solucionarían cambiando al revés a una mano. “Durante un tiempo, hacía el revés a una mano en los entrenamientos y a dos manos en los partidos – comenta – y en un momento dado decidimos que utilizaría el revés a una mano en un partido de torneo.”


El cambio fue un acto de fe. Thiem siempre había sido número 1 o 2 en Austria en categoría junior, pero, con su nuevo revés, perdía tan a menudo que se salió del top 10 de su categoría de edad. A pesar de ello, sus padres y entrenadores siguieron apoyándole.

“El primer año fue muy duro – comenta –. Era un golpe completamente nuevo, así que perdí muchos partidos. Pasado un año, empecé a ganar de nuevo, pero me llevó un año y medio o dos años regresar a las primeras posiciones. Nunca dudé de que fuese la decisión correcta. Cuando perdía, mis padres y entrenadores me decían que el motivo principal era el revés, que llevaría algo de tiempo y que tenía que ser paciente.”


La experiencia ha enseñado a Thiem a valorar las ventajas del revés a una mano y del revés a dos manos. “Si ya estás en la parte de arriba de la clasificación, el revés a una mano tiene muchas ventajas: puedes realizar buenos golpes con efecto cortado, buenas voleas, tienes mayor alcance. Pero para llegar al top 100 o al top 50, creo que el revés a dos manos es más sencillo.”
 
Thiem está con Babolat desde principios de 2015 y su raqueta y cordaje han ido evolucionando con su juego. “Tanto yo mismo como mis golpes tenemos mucha potencia – explica –, por lo que necesito una raqueta que me aporte control y estabilidad, y eso es exactamente lo que me da la Pure Drive. Hasta hace un año, no había encontrado mi cordaje perfecto, pero llevo ya un año jugando con el RPM Power. Cambié porque buscaba un efecto liftado más potente y creo que he encontrado mi cordaje perfecto.”


Con 1,85 m de estatura, Thiem se encuentra dentro de la media en el mundo del tenis, pero durante buena parte de su carrera como junior, se creyó que iba a quedarse por debajo. Era uno de los jugadores juniors más bajos. A los 14 años, con tan solo 1,60 m, le hicieron una prueba para ver cuánto crecería. Sacaron un hueso de su muñeca y se predijo, en contra de lo que se pensaba en aquella época, que alcanzaría 1m85. Y eso es justamente lo que mide ahora.


Una vez más, tuvo que ser paciente – algo que no te esperas de un hombre que se lanza montaña abajo con sus patines en línea. Y esa paciencia ha dado por fin sus frutos: Thiem, que ha mostrado una fantástica condición física, ha ganado el US Open en cinco sets frente a Alexander Zverev. Al final, ¡todos esos reveses perdidos en juniors han valido la pena!