“El objetivo es ser número uno mundial” – Cameron Norrie

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Predecir el futuro en tenis es ciertamente difícil, pero Cameron Norrie ha demostrado en 2021 ser un talento poco común, tanto dentro como fuera de la pista.

A principios del año se le pregunto qué jugador de la ATP iba a tener una temporada brillante, Cameron contestó con una tímida sonrisa: “Me encantaría decir que seré yo. Creo que voy a tener una temporada brillante este año. Por supuesto, no es más que una declaración, pero me apoyaré a mí mismo y veremos cómo va la cosa.”

Difícilmente podría haber ido mejor. Comenzando el año fuera del top 70, Cameron ganó uno de los títulos más grandes del tenis en el BNP Paribas Open en Indian Wells en octubre para subir al puesto 16 en el ránking. Era su segundo título de la temporada en su sexta final y cimentó así su ascenso a la máxima categoría del deporte a la edad de 26 años.
 

Cam, como se le conoce en el torneo, que nunca ha tenido miedo a expresar sus ambiciones, comentó después de llegar a dos finales en tierra batida en la primavera europea: “El objetivo es ser número uno mundial, no número uno británico.”

Esta última posición la alcanzó cuando ganó Indian Wells y seguirá teniendo como objetivo la primera, poniendo en la pista su implacable enfoque físico y su capacidad, similar a la de Nadal, para jugar cada punto por sus méritos.

Raqueta de squash cortada

 

La aventura en el mundo del tenis de Cameron comenzó en el camino de acceso a la casa familiar en Auckland, Nueva Zelanda, donde golpeaba una pelota con una raqueta de squash cortada.

Sus padres británicos, David y Helen, eran ambos unos talentosos jugadores de squash, mientras que las habilidades de Helen para correr también se contagiaron al joven Cam, que practicaba una variedad de deportes cuando era niño. Sin embargo, fue en el tenis donde más brilló y progresó gradualmente hasta llegar al top 10 del ránking mundial junior, jugando con raquetas Babolat desde la edad de 12 años.

A los 16, consciente de las dificultades de embarcarse en una carrera profesional de tenis desde Nueva Zelanda, Cameron tomó la decisión de mudarse a Londres y establecerse en el Centro Nacional de Tenis de las autoridades británicas de tenis.

En 2013, cambió formalmente de bandera para representar a Reino Unido. Después de haber pasado los tres primeros años de su vida en Sudáfrica, no es de extrañar que Cameron se describa a sí mismo como “de todas partes”.

Inmerso de lleno en un intenso ambiente de tenis en un nuevo país, tuvo dificultades para encontrar la felicidad dentro y fuera de la pista, pero eso cambió en 2017 cuando recibió una beca para estudiar sociología en la Universidad Cristiana de Texas. El sistema universitario de Estados Unidos le ayudó a volver a descubrir su amor por el tenis y, en 2017, cuando decidió convertirse en profesional, era el jugador individual número uno en el circuito universitario de Estados Unidos.

“Me permitió crecer un poco más”, comenta de su época en Texas. “El tenis no lo es todo en la vida. Estaba un poco quemado por el tenis después de los juniors y sentía que necesitaba hacer otra cosa. La universidad me devolvió el gusto por este deporte. Tuve la suerte de tener a dos magníficos entrenadores – David Roditi y Devin Bowen –, que me guiaron en la dirección correcta. Me encaminaron.”

“Siempre pensé que era increíblemente bueno”

 

En la Universidad Cristiana de Texas fue donde también conoció al argentino Facundo Lugones, que en un primer momento fue su compañero de equipo y que pasó a ser su entrenador a tiempo completo cuando se volvió profesional. “Siempre pensé que era increíblemente bueno – comenta Facundo –. Solo era una cuestión de cuándo las cosas iban a encajar y si iba a poder mantener las cosas que funcionan y ajustarse al proceso, no rendirse, no sentirse decepcionado por los momentos duros como en el pasado.

Siempre tuvo una visión más amplia. Siempre se despertaba al día siguiente y daba el 120 por ciento a pesar de lo que hubiera ocurrido el día anterior. Cuando tienes a alguien con esa habilidad, creo que no hay límites.”

Cameron se adaptó enseguida a la vida en el circuito profesional, entrando en el top 100 tan solo un año después de acabar la universidad. El progreso fue primero gradual hasta que en 2021 se precipitara su ascenso en la clasificación. “Honestamente, creo que haciéndolo de esta manera, llegando poco a poco, mejorando lentamente cada año, mejorando pequeñas cosas, no creo que me haya perdido nada, que haya dado grandes saltos – comenta Cameron –.
 

He estado trabajando muy duro. Tengo a mucha gente estupenda a mi alrededor que me desea lo mejor. Prestamos atención a todos los pequeños detalles en la pista y fuera de ella, y tenemos el mismo objetivo en mente.

Todo ello reunido sin duda ayuda. Todos tenemos la misma pasión por el tenis y el mismo deseo de ganar.”