Los jóvenes talentos del Abierto

Cuando varias de las megaestrellas del tenis mundial se retiraron del Abierto de Estados Unidos de 2021, muchos se preguntaron cómo sería el torneo de este año, ya que en el anterior se había jugado la final a puertas cerradas, sin público.

Pero pronto fue evidente que este Abierto de Estados Unidos sería extraordinario, en gran parte gracias a sus nuevos participantes. Los seguidores del tenis pudieron disfrutar de una emocionante perspectiva del futuro del deporte. Leylah Fernandez, Carlos Alcaraz,, Holger Rune y Felix Auger-Aliassime fueron los jóvenes embajadores de Babolat, en un espectáculo deportivo que cautivó la imaginación del público de Nueva York.

Estos jóvenes están pasando el mejor momento de sus vidas. Su carrera acaba de comenzar, y son lo suficientemente jóvenes como para recordar haber soñado con vivir lo que están experimentando en este momento.

Si bien Auger-Aliassime es el mayor del grupo y ya ha disfrutado de cierto éxito, en particular alcanzando los octavos de final y estableciéndose entre los 20 mejores del mundo, tiene tan solo 21 años, y haber alcanzado las semifinales del Abierto de Estados Unidos destaca aún más su increíble talento y personalidad sosegada. Fernández, su compatriota canadiense, había llegado a la tercera ronda en Roland-Garros un año antes, pero dio un gran paso al vencer a Naomi Osaka, Angie Kerber, Elina Svitolina y Aryna Sabalenka para llegar a la final femenina con 19 años y cinco días. ¡Habría roto varios récords de no haber sido vencida por su oponente en la final, Emma Raducanu, que es 68 días más joven!
 

Una chica y un chico de Montreal

 

"Sí, es genial. Nunca pensé que llegaría un día como este", dijo Auger-Aliassime. "Una chica y un chico de Montreal, jugando al mismo tiempo en el Abierto de Estados Unidos. Es especial. Es especial. Es especial para nosotros. Espero que en casa, la gente también aprecie este momento. Hacemos muchas cosas. Es genial.

"(Pero) creo que aún no soy totalmente consciente del impacto que tengo. A veces, hablando con mi familia, con mi padre, que tiene una academia, me dicen que los niños miran mis partidos, y me hablan sobre el efecto que esto tiene sobre ellos. Es muy halagador, es muy bueno sentir que, por supuesto, estoy jugando para mí, tratando de lograr grandes cosas en el deporte; pero lo más gratificante es afectar positivamente a los demás".

Ambos provienen de familias de inmigrantes, y tienen valores sólidos. Ambos han trabajado mucho, pero al mismo tiempo no han olvidado divertirse, porque sin diversión se pierde el impulso para dar lo mejor de sí.


Cuando era pequeña, Leylah jugaba contra una pared, imaginando  que se enfrentaba a las grandes jugadoras del mundo, como Justine Henin o Serena Williams. Tímidamente, con una gran sonrisa, admite que siempre terminaba ganándoles.
 

"Creo que todos tenemos muchas ganas de destacarnos en el mundo del tenis", explica Fernández. "Siempre habíamos hablado y bromeado sobre el momento en que estaríamos de gira, juntos en el gran escenario. Me alegro de que estemos haciendo un trabajo tan bueno en el circuito profesional.

"Queremos destacarnos. Queremos tener un impacto en el tenis. El Abierto de Estados Unidos demuestra lo bien que nos estamos adaptando a todo".

Controlando sus impulsos

 

Cuando Alcaraz sorprendió al tercer favorito, Stefanos Tsitsipas, en un apasionante partido de cinco sets, el español de 18 años se acostó en la pista, incrédulo, mientras la multitud del Arthur Ashe Stadium se puso de pie para ovacionarlo. Se ha hablado de Alcaraz durante el último año, pero 2021 ha sido excepcional para él, ya que su ranking mundial se ha disparado. En su cumpleaños número 18, jugó contra su ilustre ídolo de la infancia, Rafael Nadal, en el torneo Masters-1000 en la capital de España, y en julio ganó su primer título a nivel del circuito profesional, en Umag.

Para los aficionados al tenis, el surgimiento de este jugador recuerda al de Nadal. El entrenador de Alcaraz, ex finalista del Abierto de Estados Unidos y número uno del mundo, Juan Carlos Ferrero, dice que vio el potencial de Alcaraz desde una edad muy temprana, y que ahora el joven está aprendiendo a controlar sus impulsos y a tener más control sobre su juego.

"Fuera de la pista todavía tiene 18 años", dice Ferrero, "necesita ser más maduro, manejar sus emociones en la cancha, controlar cuándo tiene que usar el 100 % o el 80 % de su potencial, o cuándo debe jugar con más golpes de efecto o con movimientos más calmos. En este momento está empezando a controlar estos factores, y creo que pronto estará en condiciones de manejarlos perfectamente.

La experiencia en Nueva York fue excelente para Alcaraz. ¡Es fácil olvidar que estos jugadores todavía son muy jóvenes, y posiblemente todavía les digan que deben limpiar sus habitaciones! Respecto a su desempeño hasta alcanzar los cuartos de final del Abierto de Estados Unidos, Alcaraz dijo: "Sí, estos partidos me dieron mucha experiencia. Creo que este torneo me hizo madurar mucho. Creo que jugué un muy buen tenis. Estoy muy feliz de jugar mis primeros cuartos de final de un Grand Slam. Creo que este torneo va a ser una gran experiencia para los próximos torneos".
 

Otro ejemplo a destacar en este torneo es el danés Holger Rune, que tiene sólo18 años. Tuvo que enfrentar nada menos que al número uno del mundo, Novak Djokovic, y a pesar de haber perdido el partido, luchando con problemas físicos y dolorosos calambres, este joven dio lo mejor de sí, demostrando su pasión y deseos de triunfar. Rune había dejado en claro antes del partido que se encontraba en el lugar donde deseaba estar. Djokovic vio claramente que Rune, un ex campeón del Abierto Juvenil de Francia masculino, y número 1 del mundo en la categoría junior, es una estrella del futuro.


Fernández dijo que estos jóvenes talentos se inspiran mutuamente: "Es muy divertido vernos a todos tan felices y divirtiéndonos en la pista. Honestamente, creo que nos motiva a seguir mejorando. Queremos hacer de este torneo algo especial".

Ciertamente, los jóvenes talentos del Abierto lo han logrado.