Mejor entrenador de pádel de Suecia: ¡en menos de tres años desde su cualificación!

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Publicado el 14/11/22

Cuando Albin Lyckåsen jugó por primera vez al pádel hace aproximadamente una década, se enganchó inmediatamente a este deporte. Se convirtió en entrenador, creó una academia junior en su club y pasó a ser embajador de Babolat. Su estupendo trabajo ha sido reconocido con la distinción de "Mejor Entrenador del Año" en Suecia.

La historia de Lyckåsen comenzó en 2014, cuando vio por primera vez una pista de pádel en España durante unas vacaciones con su familia. Tenía 16 años. Aunque al principio le pareció que las pistas tenían un aspecto "extraño", decidió probar jugando con su hermano. Fue amor a primera vista. 

Aunque Albin estaba clasificado entre los 50 mejores en la categoría correspondiente a su edad como tenista junior en Suecia, pronto empezó a jugar al pádel de forma competitiva. "Puedo seguir hablando sobre por qué es tan divertido", comenta, "pero creo que la razón principal es el sentimiento de pertenencia.
 
"También es un deporte en el que se progresa muy rápidamente. Si haces las cosas bien y respetas el entrenamiento, puedes alcanzar un buen nivel y entonces el deporte se convierte en algo realmente divertido".

El otro aspecto que Albin, de 24 años, adora del pádel es su carácter social. "He hecho muchos amigos. Es un juego con una gran comoponente social. En el pádel puede que tu rival se convierta en tu pareja. Se trata de un deporte de caballeros".

"Llevar el pádel a mi ciudad de residencia"

 

En 2017 no había muchas pistas de pádel en Suecia, por lo que el padre de Albin Lyckåsen decidió construir dos pistas con sus socios comerciales en su ciudad natal, Bålsta, a las afueras de Estocolmo. Desde entonces, esas instalaciones han ido creciendo y ahora cuenta con cinco pistas de pádel.

"En realidad no lo hicimos para ganar dinero", dijo. "Se trataba más bien de llevar este deporte a mi ciudad de residencia. Ahora el pádel despierta mucho interés y está llegando mucho dinero procedente de grandes inversores. Pero en aquella época no era así".

En los últimos años, el pádel ha experimentado un gran auge en Suecia y se ha convertido en el deporte de mayor crecimiento del país. Hace tres años prácticamente nadie había oído hablar de este deporte y ahora hay alrededor de medio millón de jugadores en todo el país, según la web Visit Stockholm. 
Mientras Lyckåsen intentaba ascender en el ranking de pádel como jugador de competición, se mantenía económicamente trabajando en una tienda de ropa. Fue entonces cuando tuvo una revelación y decidió convertirse en entrenador de pádel.

"No me gustaba mucho mi vida", dijo. "No estaba deprimido, pero sentía que quería hacer algo diferente. Así que me dije: me gusta el pádel y ¿por qué no puedo ganarme la vida con esto?". Durante su formación para convertirse en entrenador, se ganaba la vida como profesor suplente en un colegio.

Desde que se convirtió en entrenador a tiempo completo hace tres años, ya no ha vuelto a mirar atrás. "Al principio fue difícil porque hay que tener experiencia y esa es la diferencia entre un buen entrenador y un entrenador excelente, en mi opinión".

"Hago lo que me gusta"

 

Albin hizo algunos cursos con Dani Dios, un conocido entrenador de pádel en Suecia. Y en 2019, puso en marcha una academia junior en su propio club, el Bålsta Padel Club, que ha ido creciendo desde entonces y ahora cuenta con un programa con 70 niños.

El año pasado, recibió el premio al "Mejor Entrenador del Año" en la primera edición de los Padel Gala Awards en Suecia. "Fue un verdadero shock", dijo. "Solo estaba haciendo lo que me gustaba y esforzándome por hacerlo lo mejor posible. Fue bastante inesperado porque hay muchos entrenadores buenos".

Albin Lyckåsen podría haberse dormido en los laureles y permanecer en su club de origen. En lugar de eso, decidió ir más allá y el año pasado aceptó un puesto como entrenador en un club de mayor entidad en Eskilstuna y Visby. Con solo 24 años está a cargo de todo el programa de entrenamiento y del cuerpo técnico del Padel Sports Club en el sureste de Suecia.

"Fue difícil dejar a los niños", explica, "pero pensé que era importante para mi evolución como entrenador desarrollar mi actividad en otro lugar".