La tragedia lleva al triunfo a un Taro transformado

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Publicado el 28/08/23

Sentado entre dos pistas cubiertas del centro nacional de entrenamiento deportivo de Japón en Tokio, Taro Daniel coge una botella de agua de la mesa y bebe un trago. Es una húmeda tarde de junio, al comienzo de la temporada de lluvias, y la estrella japonesa del tenis acaba de terminar su día de entrenamiento.

«Ahora estoy siempre yendo de un sitio a otro y quería parar el ritmo y recargar pilas. Me encanta estar en Tokio», afirma. «Tengo muchos amigos aquí. No pertenecen al mundo del tenis, así que puedo vivir algo así como una vida normal mientras estoy aquí».

La pausa en la capital japonesa también le brinda un tiempo precioso tanto para mantenerse alejado de las presiones del ATP Tour como para reflexionar un poco sobre un año en el que su vida ha estado marcada por el triunfo, pero también por la tragedia.

El pasado octubre su madre, Yasue, originaria de Japón, falleció tras dos años de enfermedad.

«Curiosamente, durante los dos primeros meses, no sentía tanta pena», dice. «Porque cuando alguien está enfermo y sufre tanto físicamente, también se produce una sensación de alivio cuando sabes que el sufrimiento se ha acabado».

Taro no jugó el resto de la temporada hasta que regresó en enero para el Open de Australia. Durante este año el tenis de este jugador de 30 años ha sido de lo mejor de su carrera profesional que comenzó hace 13 años. Alcanzó los cuartos de final en Acapulco después de derrotar al número cuatro del mundo y llegó a la tercera ronda en los Master 1000 de Indian Wells y Miami, eliminando a dos finalistas de Grand Slam.

El poder de la meditación

Muchos lo recuerdan por vencer a Novak Djokovic en 2018, el mismo año en que alcanzó el puesto 64 en la categoría individual, la mejor clasificación de su carrera profesional, tras conquistar su único título del ATP Tour en Estambul. Sin embargo, cree que ahora es un jugador más completo.

«Al vencer a estos jugadores de alto nivel, o incluso ganando un set a Carlos Alcaraz [en el Open de Francia de este año], sentía que podía hablarles de tú a tú en términos de nivel de juego y que era superior a ellos en algunas áreas», dice. «Era capaz de presionar a mis rivales de manera consciente, intentando hacer cosas diferentes para ganar».

Taro atribuye su transformación a la entrenadora inglesa Jackie Reardon. Exjugadora y autora de Mindset: A Mental Guide for Sport, ha trabajado con Taro durante dos años desde finales de 2020. Gracias a la guía de Reardon, dice, llegó a apreciar el poder de la meditación a la vez que aprendía a «no ser demasiado duro consigo mismo».

El resultado es un jugador que parece más relajado y seguro de sí mismo. «Durante esos dos años aprendí mucho sobre la vida, pero también sobre cómo pensar [para derrotar a los rivales]», explica. «No creía que pudiera realizar saques directos, subir constantemente a la red o restar con precisión. Lo cierto es que ahora mismo puedo hacer ese tipo de cosas de vez en cuando y creo que eso es lo que me permite mantenerme en el circuito».

¡Mi Pure Drive es mi relación más larga!

Nacido en Nueva York, Taro Daniel pasó sus primeros años en Japón, donde a los 7 años cogió una raqueta por primera vez. Cuando empezó a tomarse el deporte más en serio, su padre, entrenador de tenis estadounidense, le presentó la Babolat Pure Drive.

«Utilizo la Pure Drive desde que empecé a jugar al tenis», dice con una amplia sonrisa. «Es una locura mirar atrás. Han pasado más de 20 años. Aparte de mi familia, ha sido mi relación más larga».

La familia se trasladó a España cuando Taro era un adolescente, periodo en el que se desarrolló como jugador. En este país aprendió también su tercer idioma, después del inglés y el japonés. A pesar de sus conocimientos lingüísticos y su estilo de vida, siempre de viaje por todo el mundo, afirma que la influencia de su educación japonesa sigue siendo fuerte.

«La gente me ve como una persona de carácter tranquilo y muy internacional, y en cierto modo es cierto», dice. «Pero probablemente soy más japonés que el resto de los jugadores japoneses en mi forma de enfocar el tenis, así como otras cosas de la vida. Pero me quita mucha energía y siempre estoy luchando para no ser demasiado duro conmigo mismo».

Ahora, considerando su tenis desde una nueva perspectiva, Taro dice que espera seguir jugando profesionalmente al menos otros cinco o seis años, y posiblemente hasta los 40.

«Siento que ha sido en el último año y medio cuando por primera vez he tomado decisiones basadas en mis propios intereses», afirma. «He tenido que tomar decisiones difíciles, pero disfruto del circuito y me llevo bien con muchos jugadores. Esa es una de las principales razones por las que me gusta ir a trabajar».

Los jugadores profesionales del Equipo Babolat pueden jugar con un modelo personalizado diferente al equipamiento que aquí se representa.

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