"La pandemia me afectó mucho psicológicamente, pues pasé tres meses sintiéndome inútil". – Eduardo Ladeveze

Muchos argentinos que juegan al pádel han consolidado carreras exitosas en España, pero ninguno ha llegado tan lejos como Eduardo Ladeveze. Literalmente. Este jugador y entrenador de 48 años está llevando el pádel mucho más al norte, casi hasta el fin del mundo. El argentino quiere que el pádel sea una pasión en Suecia.

"Estoy a cargo de las clases profesionales en el Järfälla Pádel Club, y además me ocupo de los talleres, de la gestión de eventos y de la formación de equipos", explica Eduardo, que inició su aventura sueca en medio de la pandemia del Covid-19.

"Tuve la suerte de tener ofertas de Suecia y Dubái, ambas buenas, pero me decidí por Suecia", recuerda el argentino, que viene de un país muy diferente en costumbres y hábitos a los de Escandinavia.

"La vida en Suecia es bastante particular", dice. "Tiene un clima al que me cuesta adaptarme, y que me obliga a adoptar un estilo de vida muy diferente. Pero las excelentes condiciones y espacios laborales, así como el grupo de personas con las cuales trabajo, me motivan a pasar la mayor parte del día en el club. Todo es agradable: Estoy rodeado de personas que me brindan momentos satisfactorios".

"… y entonces llegó el pádel"

 

Algunos de los mejores jugadores de pádel de la historia vienen de Argentina. Muchos, como Eduardo, empezaron con el tenis antes de pasar al pádel. Había y sigue habiendo muchos talentos en el país sudamericano, pero las posibilidades de evolucionar en el ámbito del pádel estaban y siguen estando en Europa, principalmente en España.

Ahí es donde emigró Eduardo Ladeveze en 2003. "Estaba enseñando tenis, a alto nivel, y entonces llegó el pádel. Lo jugaba solo con amigos, por diversión, pero después de un tiempo decidí dedicarme al pádel y competir. Llegó un momento en el que comprendí que necesitaba un cambio en mi vida. Me surgió la oportunidad de trabajar en Madrid, la aproveché, y tuve una aceptación increíble. Seguí compitiendo a nivel local, y continué progresando en mi carrera de entrenador".

Eduardo Ladeveze es feliz, a pesar de que pasó por momentos difíciles. "La pandemia me afectó mucho psicológicamente, y pasé tres meses sintiéndome inútil sin salir de casa, sin poder ganar dinero y confrontándome la imposibilidad de producir y sentirme vivo".

Pero eso ha quedado atrás ahora, y Eduardo está enfocado en promover el deporte. "Estoy muy orgulloso de mi desarrollo profesional y de la cantidad de buena gente que he conocido a través del pádel", dice el argentino. "El pádel es un deporte con un gran futuro. Creo que fue una suerte crecer en España, un país con mucho turismo. Los extranjeros lo descubrieron y lo exportaron a sus países. Creo que es un deporte que en un futuro próximo será un éxito, donde sea que se juegue".

Difundiendo el evangelio del pádel

 

Si bien Eduardo todavía disfruta jugando, considera que su futuro es difundir el evangelio del pádel. "Después de tantos años, lo que me gustaría es que mi trabajo, así como mi estilo de enseñanza y gestión, sean reconocidos. Me gustaría viajar por el mundo transmitiendo mis conocimientos y experiencia en el deporte. Y por supuesto, espero que mi cuerpo me permita seguir jugando a un nivel aceptable".

Entre los buenos recuerdos que tiene, está el haber trabajado en Japón, un país diferente en muchos aspectos a su Argentina natal. "Fue una experiencia maravillosa. He tenido la suerte de viajar allí tres veces, enseñando en diferentes ciudades. El pádel en Japón está creciendo y a la gente le está gustando mucho".

Eduardo Ladeveze ha estado en Babolat la mayor parte de su carrera y reconoce el papel desempeñado por Eric Babolat. "Nos ayudó a crecer en Madrid, en el club indoor más grande del mundo. Para mí fue parte fundamental de nuestra labor de enseñanza, y personalmente me ayuda a competir en las mejores condiciones".

Y algunos de los jugadores favoritos de Eduardo son jugadores de Babolat. "Creo que [Juan] Lebrón tiene mucho carisma, así como los incansables Sanyo y Bela. Pero también hay que seguir al circuito femenino, con jugadoras como Patricia Llaguno o Victoria Iglesias. El nivel es muy alto. Los profesionales de hoy juegan con mucha más potencia que antes, y su estado físico es increíble. Es mucho más rápido que hace unos años".

Eduardo Ladeveze ha estado en Babolat la mayor parte de su carrera y reconoce el papel desempeñado por Eric Babolat. "Nos ayudó a crecer en Madrid, en el club indoor más grande del mundo. Para mí fue parte fundamental de nuestra labor de enseñanza, y personalmente me ayuda a competir en las mejores condiciones".

Y algunos de los jugadores favoritos de Eduardo son jugadores de Babolat. "Creo que [Juan] Lebrón tiene mucho carisma, así como los incansables Sanyo y Bela. Pero también hay que seguir al circuito femenino, con jugadoras como Patricia Llaguno o Victoria Iglesias. El nivel es muy alto. Los profesionales de hoy juegan con mucha más potencia que antes, y su estado físico es increíble. Es mucho más rápido que hace unos años".