“Si cambio la vida de alguien aunque sea mínimamente, entonces habré logrado mi objetivo” – Dylan Alcott

El campeón de tenis en silla de ruedas Dylan Alcott ya era un nombre muy conocido en Australia, su tierra natal, pero ahora ha logrado lo que ningún otro jugador de tenis masculino había logrado antes: ganar el Golden Slam, es decir ganar los cuatro torneos de Grand Slam más el oro Paralímpico en la misma temporada. Esos trofeos son una parte de todos los reconocimientos que ha recibido, incluidos los máximos honores de Australia. Tiene la Medalla de la Orden de Australia, fue elegido Australiano del Año 2021 e incluso se le ha otorgado el Premio Logie al Nuevo Talento Más Popular de la Televisión Australiana.

Este deportista de 31 años – que ha representado a Australia en baloncesto y tenis y que fue nadador – es una inspiración, aunque él se muestre reticente. Ha tenido que superar muchas adversidades y prejuicios hasta convertirse en un gran atleta y a lo largo de toda su trayectoria ha trabajado para cambiar la visión de la gente sobre las discapacidades. Pero, sobre todo, es un modelo no solo para las personas con discapacidad, sino también para aquellas sin discapacidad.

El Grand Slam australiano de 2022 será su último torneo y será muy emotivo para él. Siente que ha llegado el momento de colgar las raquetas y volcarse en el siguiente capítulo de su vida. Hemos podido charlar con Dylan.
 

¿Qué es lo que mueve a Dylan Alcott? ¿Qué te motiva? ¿Qué suscita tu entusiasmo?

Dylan Alcott: Mi motivación, la razón por la que me levanto de la cama, es cambiar la visión de la sociedad para que las personas con discapacidad puedan salir y vivir la vida que se merecen. La gente piensa que ganar medallas de oro y Grand Slams es mi fuente de motivación y lo que me mueve, pero no es así. Estoy agradecido por ello porque me proporciona una plataforma para hacer lo que más me apasiona, que es hacer realidad ese propósito. Ese es el motivo por el que me levanto cada mañana. La principal razón es ser una buena persona, ser un buen chico y disfrutar de la vida. Me gusta tanto la vida. Me han dado una segunda oportunidad de vivir. 

¿Qué te gustaría que las personas con discapacidad saquen de ti?

No quiero que nadie con discapacidad saque algo de mí, pero lo que sí quiero es que las personas sin discapacidad aprendan algo, que dejen en la puerta sus prejuicios inconscientes y que vean lo que las personas con discapacidad pueden hacer realmente cuando se les da la oportunidad. Ese es mi gran objetivo, pero si, de paso, las personas con discapacidad cambian la percepción que tienen de sí mismas, sería también fantástico. Pero lo que me interesa principalmente es romper esos techos de cristal que las personas ponen a las personas con discapacidad. 

¿Pero no te ves también como una inspiración para las personas que se encuentran en una situación similar a la tuya?

No realmente. No es mi objetivo. No voy a decir a las personas con discapacidad cómo vivir su vida. Pueden vivir su vida como quieran, pero la razón por la que no pueden vivirla es por la falta de oportunidades, la discriminación, el acceso o lo que sea, así que lo que trato de hacer es cambiar eso y, luego, dejo a las personas con discapacidad ser lo que quieran ser. No es mi papel inspirarlas para ser yo qué sé qué, pero estoy seguro de que lo hago, lo cual es muy aleccionador. 

En el US Open, sacaste una cerveza, la vertiste en el trofeo que acababas de ganar y te la bebiste de un trago. ¿Fue algo que se te ocurrió en el momento? 


Había ganado el Golden Slam y me preguntaron (la USTA) si podían aplazar mi conferencia de prensa porque querían anunciarme a la multitud durante la final masculina. Y pensé, me voy a tomar una cerveza, así que me saqué una cerveza y me la serví en el trofeo y me la bebí de un solo trago porque no me tomo muy en serio. Fue un buen momento – Bradley Cooper estaba en frente de mí y Brad Pitt, les encantó y luego el vídeo alcanzó 10 millones de reproducciones en línea. 

“Australiano del Año”, ¿qué significa para ti esa nominación y qué supondría ganar el premio Australiano del Año?

Me sorprendería mucho ser nombrado Australiano del año. No puedo creer que me hayan nominado. Que una persona con discapacidad sea el Australiano del Año sería algo increíble para el movimiento. Sería un enano encaramado en los hombros de gigantes. Son tantas las personas con discapacidad que no han podido ser Australiano del Año antes de mí. No tendría palabras, me sentiría honrado y haría todo lo que estuviera de mi mano para estar a la altura de ese gran honor. He recibido tanta ayuda y apoyo y amor. Soy la persona con más suerte del mundo y la persona con discapacidad con más suerte. Lo utilizaría como plataforma para arrojar luz y mostrar a la sociedad lo que una persona con discapacidad puede hacer cuando le dan las oportunidades adecuadas para ser ella misma.

Premio Logie, trofeos de tenis, otras distinciones, ¿dónde los guardas? ¿Cuál es el más importante para ti?

No soy un tipo a quien le vayan los trofeos o los premios. Me siento muy agradecido y honrado cuando los gano, pero no es lo que me motiva. Mi madre tiene algunos, mi padre tiene algunos, mi hermano tiene algunos, pero ¿cuál crees que es el trofeo número 1 que a todo el mundo le encanta, de las medallas de oro, Wimbledon, Abierto de Australia, etc., cuál crees que es el premio número 1 que a la gente le encanta recoger? El Logie. No sé por qué, pero a todo el mundo le encanta el Logie. El Abierto de Australia es mi torneo favorito, es mi tierra, es especial, pero, probablemente, las medallas de oro son las que más significado tienen para mí. A veces no me puedo creer que lo haya conseguido y me siento muy agradecido por ello. No tengo una vitrina de trofeos y no la tendré, no soy ese tipo de persona.

¿Qué lugar crees que ocupas en el tenis y en la sociedad en general?

No pienso en ello, no lo sé. Eso no me motiva. Tan solo quiero marcar la diferencia. Si cambio la vida de alguien aunque sea mínimamente, entonces habré logrado mi objetivo. Pero lo que siempre diré es que siempre he querido una plataforma para suscitar un cambio. Nunca creí que ocurriría, nunca pensé que mi nombre sería conocido, nunca pensé que estaría en el Rod Laver Arena, nunca pensé que saldría por la televisión. Lo quería, pero nunca pensé que sucedería y sencillamente no me puedo creer que haya sucedido. Son los patrocinadores y colaboradores como Babolat, es un engranaje enorme en el que cada uno tiene un papel y el mío es un papel muy pequeño. 
 

¿Eres una persona emotiva y, si así es, cómo se manifiestan esas emociones?


Sí, soy un tipo emotivo. Cuando la gente me pregunta cuál es mi mayor fuerza, creen que es la valentía y la resiliencia, pero para mí es ser auténtico, honesto. Me ves en la pista, pasándomelo bien, riéndome a veces, siendo yo mismo, disfrutando. Dar el máximo de mí mismo es otra de mis fuerzas y la capacidad de ser vulnerable. Creo que es importante ser vulnerable porque, si uno es vulnerable, entonces es emotivo. Me costó mucho trabajar en ello porque solía odiarme, odiar el hecho de estar discapacitado, solían burlarse de mí por mi discapacidad. No quería seguir aquí de ninguna manera, y menos siendo un deportista profesional. Me llevó su tiempo, pero estoy orgulloso de hasta donde he llegado y eso es gracias al apoyo que he recibido a lo largo de los años.

El Abierto de Australia es tu último torneo, pero ¿qué quieres hacer ahora que has decidido dejar el tenis?


Nunca voy a dejar de hacer aquello para lo que estoy aquí, es decir, seguir haciendo realidad ese propósito y cambiar la visión de la gente para que las personas con discapacidad puedan vivir la vida que quieran vivir. Cómo voy a hacerlo, aún no lo sé. Tengo una fundación, trabajo en televisión y radio, tengo un podcast, tengo una consultoría llamada TSA donde formamos a gente en materia de discapacidad. Tengo muchas cosas. Quiero actuar un poco, quiero intentarlo. Hay un montón de pequeñas ideas que quiero hacer, y estoy entusiasmado con ello, pero me encanta el tenis y me entristecerá retirarme. El tenis me ha dado tanto. Ahora mismo estoy en un momento álgido y, gane, pierda o empate en el Abierto de Australia, simplemente voy a disfrutarlo como lo que es, una hermosa celebración del tenis.